Los presuntos compradores recorrieron calles y avenidas, escudriñaron esquinas, con una sola idea en mente: resolver su problema habitacional. Finalmente, la señora D., su esposo y su pequeño hijo, cansados, han decidido detenerse en un pequeño conjunto residencial a dar la pelea, reclamar justicia o, en última instancia, pedir misericordia. …